jueves, 21 de mayo de 2009

Comportamiento

Los gatos son primordialmente animales solitarios, pero se adaptan bien a la vida en comunidad. Entablan grandes amistades incluso con animales de otras especies. En estado salvaje, esto no sucede, demostrando una vez más su gran capacidad de adaptación.

Cazadores hasta en domesticidad, cualquier movimiento activa sus instintos salvajes. Hambrientos o no, acechan y atacan aves, insectos y roedores. Es raro, sin embargo, que logren atraparlos. Es posible que un gato gordo y bien alimentado no se esfuerce demasiado.

Durante la infancia, los juegos entre cachorros sirven para poner en práctica y afinar los instintos de acecho y captura de las presas. Son las madres, sin embargo, las que se encargan de enseñarles la técnica para dar muerte a sus victimas. Este aprendizaje comienza cuando han cumplido las tres semanas de vida; la madre traerá una presa herida para que sus pequeños practiquen la técnica.

Muchas veces nuestros gatos tiran a nuestros pies un pájaro o un ratón muerto. Tenga en cuenta que, probablemente, sea un regalo para usted. Para evitar estos tristes episodios, en vez de castigar al gato, pruebe con colocarle un cascabel alrededor del cuello. Sus presas podrán así oírlo llegar y cualquier nuevo intento se vera frustrado.

El gato se comunica utilizando una amplia gama de sonidos, mensajes olfativos y gestos tanto con otros gatos, como con animales de otras especies y el hombre.
Las orejas y los bigotes expresan emociones de miedo, interés o agresividad.

Un gato relajado tendrá las orejas ligeramente separadas la una de la otra mientras que un gato asustado las pegara a la cabeza para evitar que sean dañadas en un posible ataque del agresor. Un gato agresivo las pondrá en un ángulo horizontal con respecto al suelo o las girara hacia atrás. Los bigotes sigan los mismos patrones.
Utiliza también la cola y el resto de su cuerpo para hacerse entender. Un gato asustado se aplastara contra el suelo, bajara la cabeza y la cola para iintentar hacerse lo mas pequeño posible y pasar desapercibido. Si llega el momento de pelear, comenzara a hacer lo contrario: su pelo se erizara, y colocara la cola, ahora hirsuta y esponjosa, en un arco descendente. Una cola levantada en un gato relajado es un indicativo de entusiasmo y alegría. El desplazamiento de uno a otro lado indica agresividad.

La gama de sonidos incluye desde bufidos y silbidos a maullidos y el conocido ronroneo. El bufido y el silbido son claros signos de furia y señales de advertencia a cualquier atacante o agresor. El maullido es un sonido infantil que los gatos domésticos mantienen para comunicarse con el hombre, aunque los gatos salvajes dejan de utilizarlo en cuanto se separan de la madre. El ronroneo es indicativo de dolor, placer, miedo o cariño.

El olfato es una gran herramienta de comunicación. A través de la orina y los excrementos los gatos intercambian mensajes entre si sin tener que cruzarse los unos con los otros jamás, evitando así encuentros desagradables o, en la época de celo, arreglar una cita.

En los labios, sienes, nuca, hombros, arriba y debajo de la cola, y entre las almohadillas de sus patas, los gatos poseen glándulas segregadoras de diferentes clases de olores. Refregarse contra diferentes superficies, afilarse las uñas en los árboles o muebles, rociando todo con su orina, el gato va marcando su territorio, deja mensajes sobre su estado de animo (si es con aire agresivo, o avisa a algún miembro del sexo opuesto que puede pasar a visitar) o incluso “etiqueta” a quienes pertenecen a su entorno familiar, como a sus dueños, o a los gatos que conviven con él. Muchos gatos que viven en comunidad se acicalan los unos a los otros.

El reconocimiento olfativo de su entorno y todos los que forman parte de él es tan importante para el gato como el reconocimiento visual lo es para nosotros. Cada objeto, individuo o criatura dentro de la casa conforman lo que el gato podría denominar “hogar”. Es por eso que, encontrando algún objeto nuevo, el gato se empecina en orinarlo o defecar en él. Es su forma de decir “bienvenido a la comunidad”

Los ojos pueden también comunicar el estado de ánimo o las intenciones del gato a sus dueños. Cuando un gato nos mira fijamente, es importante saber que esta a punto de hacer algo que probablemente no nos agrade. No insista en tener a su mascota en brazos si de pronto clava sus ojos en los suyos y las orejas se crispan. Algunos gatos tienen la desagradable costumbre de tirar tarascones a la nariz de algún desprevenido y excesivamente cariñoso dueño.

Los gatos son felices en soledad, pero están también dispuestos a compartir el territorio en zonas donde abunde la comida. Gatos callejeros conforman colonias y algunos gatos domésticos se adaptan bien a la vida en grupo. Aquellos que permanecen solos, pueden llegar a compartir el territorio con uno o más gatos. El gato mas agresivo y fuerte tendrá las horas privilegiadas de caza, cuando las presas abundan, mientras los demás se contentaran con hacerlo cuando el dominante se ha retirado.

El encuentro entre dos gatos territoriales es un evento ruidoso. Ambos gatos aúllan, bufan y gritan, pero probablemente en ningún momento entren en contacto. Las peleas son raras y muchos encuentros terminan con uno de los combatientes retirándose apresuradamente. Solo en la época de celo son frecuentes las peleas físicas.

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