jueves, 21 de mayo de 2009

Pequeña Introduccion

Hola, mi nombre es Astrid y mi familia y yo hemos hecho de tener animales todo un arte. Mi primer mascota fue un perro siberiano llamado Diago, heredado de mi abuela. Una vez que Diago se fue (tuvimos que regalarlo por falta de espacio) mi tía, en un intento por alegrarme la vida, me trajo una tortuga, que todavía hoy, después de casi 10 años sigue con nosotros.

Las tortugas son lindos bichos (me entere después que en estado salvaje están en peligro de extinción por culpa de la venta ilegal como mascotas *avergonzada*) pero también pasan la mitad del año durmiendo y mi pequeño reptil no logró llenar mis expectativas mascoteras y comenzó un largo (y estresante) periodo de intentar convencer a mi querida madre de permitirme tener otro animal.

Se negó rotundamente a dejar entrar en casa a un gato blanco y naranja con el que yo jugaba en la colonia a la que iba por aquella época. Con el mismo énfasis no me permitió entrar a una perrita que conocí unos años mas tarde en el mismo lugar y finalmente, frustrada, intente meterlos por contrabando (una muy mala idea, sea dicho de paso)

Peludo fue el primer hamster que tuve y al que metí y mantuve a escondidas durante dos meces. Me averguenza decir que mi estrategia era mala y que el pobre bicho no la pasó muy bien. Aprendí una valiosa lección al respecto. Una noche, además, se escapó y mi madre (que tiene una fobia, al parecer, hacia los roedores) lo encontró y bueno...*insertar desagradable escena*.

Peludo terminó en la casa de un compañero mío, con una Sra Peluda y, unos meces mas tarde, varios Peluditos.

La siguiente víctima de mi amor desenfrenado fue una parejita de pecesitos pequeñitos y nocturnos que mantuve en un frasco grande durante varios meces. Murieron, quiero creer, de causas naturales.

En el campo de las aves, mi primer pájarito me lo regaló otra de mis tías y realmente verlo saltar de palito en palito en una jaula tampoco iluminó mis días y terminé por soltarlo. El siguiente que tuve, lo adquirí personalmente, y este si fue una grata experiencia. Era un pinzón Cebra (pájaros encantadoramente amigables y dóciles) que terminó por escaparse gracias a uno de los gatos que ya teníamos para esa época. Unos días más tarde, mi tia me regaló dos manons (otros pájaros divinos) y unos años más tarde llegaron dos cotorritas australianas. Desde ese cumpleaños en que me las regalaron hasta hoy, han pasado de estas unas seis. La última adición fueron dos jilgueros, el cual solo nos queda el machito.

Gatos. Fascinantes criaturas y uno de mis animales favoritos. Bien tienen que ser mis favoritos, ya que actualmente tengo 30. Y hago énfasis en "actualmente" porque muchos mas pasaron por acá.

Mi primer gato fue un tabby gris macho que repentinamente apareció (y esta vez en serio no fui yo) en mi casa y se instaló. Pasó por el pasillo, por el patio, descaradamente enfrente nuestro a través del comedor, y después se atrincheró entre un montón de muebles que en esa época teníamos apilados en el cuarto del fondo. Tras horas de negociasiones y sabrosos sobornos, emergió triunfante y acá no más se quedó. Unos inviernos más tarde, sin embargo, se fue y nunca más volvió.

Mi siguiente gato fue Moon, una gata gorda y peluda, negra y blanca, de adorable personalidad. Fue esta gatita la que le enseñó a mi madre a amar a la especie (antes no les tenía mucho aprecio). Moon también desapareció un día y la encontramos unas semanas mas tarde. Lamentablemente para ella, ya habíamos buscado un reemplazo y en casa la esperaba una desagradable sorpresa: una parejita de gatos bebes, que se llamaban Tomas y Burbuja (Burbuja todavía con nosotros)

Y ahí empezó la fiebre de los gatos. Cada cachorro desamparado que encontrábamos en el barrio, viajaba en brazos de alguno de nosotros a casa. Y entre el "Y bue, uno mas, uno menos..." alcanzamos el alarmante número de treinta.

Muchos se han quedado en el camino, sea por enfermedad, por la "asistencia" de algún vecino mal-intencionado que no le gustan los gatos, ya sea porque decidieron mudarse (en efecto, Moon pareció creer que había demasiado bicho dando vuelta y se fue con una vecina) Fuera como fuere, más llegaban y llegaron.

Hemos hecho un pacto de no traer mas NADA o de empezar a reubicar algunos (asique ya saben, si quieren uno...)

¿Perros? Dos actualmente, gracias. Uno es la perrita Eva, mezcla, al parecer, de beagle con alguna otra cosa rara (tiene una cabeza que vagamente recuerda la de un galgo) a quien trajimos con la esperanza de que fuera guardiana (ea, mantener un perro es mas barato que pagar e instalar una alarma!) Y un año y medio mas tarde, volviendo yo de la casa de mi profesora de pintura, me topé con una perrita negra, parecida a un lobito, abandonada en la Plaza Irlanda. Tenía una oreja cortada y algunas de sus actitudes (no soportaba que la agarraran por atrás) sugería maltrato. Después de largos debates, convencí a mi madre de que me la dejara traer.

(Ahora, sin embargo, si alguien está interesado en ella, está en adopción por temas de espacio. Puede ver más información sobre Darky aquí)

Este humilde blog pretende ser un compendio de todo lo que he aprendido a través de todos estos años, tanto por la práctica como por libros y arduo estudio.

Gente, espero que les sea de ayuda, y sientansé libres de sugerir, corregir o mandar Info para agregar!!.


Saludos y disfruten!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario